Se estima que el 20% de nosotros tiene un problema crónico con la procastinación. ¿Por qué retrasamos y post ponemos las tareas? ¿Quién no lo ha hecho alguna vez? La procastinación es toda aquella acción por la que retrasamos algo que debemos hacer sustituyendo dicha tarea por otra de menor importancia/urgencia.
Vamos a exponer una serie de pasos que pueden ayudarte a superar o por lo menos, a combatir la procastinación.
Contenido del artículo:
1. Reconoce que tienes un problema
El primer paso para evitar la procastinación es como con otros muchos problemas: admitir que tienes un problema. Echa un vistazo a los hábitos de trabajo que tienes y determina porqué estás evitando y/o retrasando algunas tareas en particular.
Quizás te des cuenta de que realmente no estás evitando estas tareas a propósito, sino que simplemente se trata de un problema de tiempo. En este caso es probable que no tengas un problema de procastinación, si no de organización y manejo del tiempo. Esto es una buena noticia porque puede ser relativamente sencillo de arreglar estableciendo un buen sistema de prioridades.
2. Establece prioridades y ve a por ellas
Empieza el día con una serie de tareas para hacer, estableciendo prioridades. A lo largo del día, puedes fijarte en algunos detalles que te informen de que estás retrasando o post poniendo estas tareas de importancia, y que por lo tanto tienes un problema de procastinación.
Esto quiere decir, por ejemplo que dejes algo importante de tu lista hasta los últimos minutos del día, mientras que te has tomado alguna taza de café o has contestado algunos e-mails que no tenían mucha importancia durante el día. Si quieres evitar el problema de procastinación, debes centrarte en el trabajo, en las tareas importantes del día y dejar de lado todas aquellas distracciones que puedan entorpecer tu objetivo del día y llevarte por otra dirección.
3. Trata de resolver el problema de la gestión del tiempo
Si después de admitir que hay un problema de procastinación, pero te resulta muy difícil seguir una estrategia de prioridades, es probable que exista un problema en la gestión del tiempo. Puede que aún sigas teniendo un problema de procastinación también, pero con un buen libro de gestión del tiempo puede que te ayude con algunas buenas técnicas a mejorar dicha gestión del tiempo y a ser más eficiente.
Puede que nunca alcances la perfección en la gestión del tiempo, esto es casi imposible, pero una serie de pequeños cambios y de nuevos hábitos te ayudarán mucho en tu día a día.
4. Si te vas a comer un elefante, hazlo poco a poco y con pequeños bocados
Otro buen hábito que puedes adoptar que te ayudar a evitar la procastinación es cuando tienes tareas particularmente difíciles y/o largas. No las tomes de una sola vez, sino que intenta hacerlo más pequeño y dividirlo en porciones más manejables. ¿Cómo te comerías un elefante? Mordisco a mordisco, y con tiempo.
Esto hará que no te cueste tanto empezar una de estas tareas y también que a medida que vayas completando las pequeñas porciones del bicho que tienes delante te sientas mejor y con más ganas de seguir. Es de suma importancia concentrarse en iniciar el trabajo y no en terminarlo. Empieza, no te lo plantees.
5. No intentes siempre hacerlo perfecto
Es muy profesional cuando intentamos hacer el mejor trabajo posible que está en nuestras manos. De hecho,es lo suyo. Sin embargo, en muchas ocasiones si somos así de exigentes y sabemos que nos costará bastante trabajo realizar la siguiente tarea de forma perfecta nos cuesta más empezarla. Muchas vez el perfeccionismo puede conllevar a la procastinación.
Cometer errores es humano. Cometer alguno pero finalizar una serie de tareas es algo positivo. Aunque no haya sido completamente perfecto. Te sorprenderías si comprobaras cuando intentas ser perfecto lo que puede llegar a bajar la productividad.
6. Deja de reprocharte a ti mismo
Para de culparte a ti mismo cuando cometes errores o estás bajo el hábito de la procastinación y no dejes a los otros hacerlo. La última cosa que necesitas cuando intentas dejar atrás un mal hábito es la negatividad, ya sea interna o externa.
Se un poco compresivo contigo mismo cuando estás dejando de lado el perfeccionismo y la procastinación por contra de la productividad. Ten algún premio cuando estés progresando (sin pasarse) y refuerza el compromiso que tienes cuando falles en algo. Paciencia y constancia.
7. Cambia la forma de pensar
Mucha de la procastinación que tenemos viene de nuestro propio pensamiento. Tenemos bloqueos mentales que se interponen a la hora de completar las tareas que debemos de hacer. En ocasiones nuestro pensamiento nos pone tan nerviosos y nos bloquea de tal forma que nos impide finalizar tareas que deberíamos de haber acabado mucho más antes de lo que hicimos.
El secreto para evitar la procastinación es el de cambiar nuestra forma de pensar y hacer un reset en nuestra cabeza con el que a partir de entonces podamos empezar y acabar las tareas que nos propusimos hacer. Intenta cambiar la mente y el resto vendrá seguido.