Recuerdo como hace poco más de veinte años fui al cine con mi padre a ver una película que me marcó. No creo que fuera a mí sólo, sino que dejó huella en la historia del cine. Hablo de Jurassik Park. Siempre me han chiflado los dinosaurios, lo reconozco. Pero con aquella película quedé completamente alucinado. El realismo conseguido con los dinosaurios fue extraordinario. Unos años después leí la novela de Michael Crichton, de la cual se basada la película. Me pareció aún mejor.
Hubo una parte de la película que me llamó aún más la atención y quedó grabada en mi memoria a largo plazo. Imagino que es por lo mucho que lo flipé. Se trata de cuando el experto en velociraptores, Bob Peck, explica lo inteligentes que son estos animales por la forma que tienen de cazar. Dice que no atacan frontalmente a su presa. Al ser tres, uno de los velociraptores se pone justo delante de ella, agazapado. Pero visible. La presa lo identifica, pero al ver que queda lejos de donde está, se queda observante para analizar cuál será el siguiente movimiento del depredador. Sin embargo, existen dos velociraptores más a los lados, que lateralmente atacan a la presa, distraída por el primero.
Los velociraptores en realidad no fueron esas criaturas tan salvajes e inteligentes que Spielberg nos quiso mostrar en Jurassik Park. Para empezar, no medían dos metros de altura, sino poco más de medio metro. Y probablemente fueran animales carroñeros más que depredadores salvajemente inteligentes. En cualquier caso, la analogía que nos enseñó Crichton y luego Spielberg sobre como cazaban nos dice algo sobre las formas que tenemos de afrontar y solucionar los problemas.
Ataque frontal
Imagina que vas en coche. Es un día muy lluvioso. Y también hace viento. Ves en una parada a una anciana/o, a tu mejor amigo/a y a la que es probablemente el amor de tu vida. Sin embargo y por desgracia, en el coche sólo hay sitio para dos. Sólo hay dos personas que podrán irse de allí. Habrá otras dos que se quedarán tiradas. ¿A quién eliges?
Este acertijo es relativamente conocido así que quizás ya sepas la respuesta. En caso contrario, te animo a que analices un poco más cuál podría ser la respuesta óptima.
Ya.
Un ataque frontal diría que la mejor opción es llevarse a la anciana/o. Por el simple hecho de que por su estado físico es más que probable que sea el elemento más débil de los cuatro (tú también cuentas). Otro argumento más cínico te podría decir que no merece la pena llevarse a la anciano/a, porque de todas formas no le queda mucho de vida. Cada uno se pone sus límites.
En cualquier caso, si eliminamos a la anciana de la ecuación, seguimos teniendo un problema. ¿Tu mejor amigo/a o el chico/a de tu vida? Vaya dilema. Si eres una persona fiel escogerás sin ninguna duda a tu mejor amigo/a. Después de todo hace años que lo conoces y él no te abandonaría. Es una lástima, la mujer o el hombre de tu vida se va a quedar en la calle, empapada (en caso de ser una chica) y sin un posible transporte durante un buen rato. Y se va a acordar de quién la dejó tirada. Un argumento a favor de esta elección sería: bueno, si es la mujer de mi vida seguro que me la vuelvo a encontrar ¿Y si no es así?
Ambos planteamientos son ataques frontales al problema. Son la forma más evidente de solucionarlo. Pero podemos intentar realizar un ataque lateral. Lo que significa que debemos mover las variables que el problema nos ofrece e intentar verlo desde diferentes perspectivas. Para empezar, nadie nos ha dicho que tú te tengas que ir con el coche. Aunque pueda parecer que así nos lo plantea el problema ¿Podría ser uno mismo el sacrificado no? ¿Y si elegimos darle las llaves a nuestro mejor amigo, que se lleve a la anciana/o a un hospital para que le vigilen el resfriado y nosotros nos quedamos bajo la lluvia con la chica de nuestra vida? :-)
Esta es probablemente la respuesta más óptima.
Pensamiento lateral
Einstein fue un tipo al que le gustaba mucho resolver problemas. De hecho, estaba algo obsesionado con ello. Continuamente planteaba y replanteaba nuevos paradigmas que pusieran en entredicho sus propias aseveraciones. De otra forma no podría haber hecho el aporte que hizo al mundo científico y a toda la humanidad.
La frase de Einstein tiene mucho más sentido del que parece. Nos está diciendo que debemos plantear y afrontar los problemas con un pensamiento lateral. Tendemos a intentar solucionar los problemas frontalmente. Utilizando los mismo mecanismos o variando muy poco. Pero es necesario salirse del problema, verlo desde otra perspectiva y volver a abordarlo. Utilizando otros caminos.
El pensamiento lateral se puede aplicar a prácticamente cualquier problema y es una forma de mejorar sumamente potente. Básicamente porque estamos resolviendo los problemas de forma eficiente. Podríamos estar horas y horas intentando aplicar soluciones obvias, clásicas o mecánicas, pero muchas veces vale la pena estrujarse un poco más el cerebro, pensar e intentar descubrir soluciones más originales y óptimas.
La historia está marcada por personas que fueron capaces de ver y plantear el problema desde otro punto de vista:
- La primera piedra tallada, que permitió cortar carne, cazar más y mejor y poder alimentarnos de un mayor número de proteínas. Esto conllevó a que nuestro cerebro aumentara de tamaño y que por lo tanto, fuéramos más inteligentes.
- La Tierra no es plana y tampoco es el centro del universo (Nicolás Copérnico).
- Los humanos provenimos de los simios. De hecho, somos una especie de primate (Charles Darwin).
- La teoría de la relatividad general, por Albert Einstein.
Cómo utilizar el pensamiento lateral
Es fácil, pensando. Las matemáticas son buenas porque nos obligan a resolver los problemas con pensamiento lateral. Frontalmente, memorizando fórmulas y otros ejercicios parecidos, llegamos a un punto en el que es sumamente complicado resolver un problema. Salvo que tengamos un profundo conocimiento de la materia y sobretodo, sepamos aplicar los diferentes conceptos y herramientas que nos dan. La programación también nos ayuda a mejorar el pensamiento lateral, porque formular un algoritmo es básicamente resolver un problema. Enfocarlo desde diferentes puntos de vista e intentar aplicar el proceso más optimizado es la mejor manera de hacerlo.
- Analizar el problema.
- Pensar diferentes puntos de vista desde los que podemos abordar dicho problema.
- Analizar y anotar las herramientas que tenemos para resolverlo.
- Hace una lista de 10, 20, 50 posibles soluciones. Por disparatadas que sean. Cuantas más, mejor.
- Combinar el punto dos y el tres. Es decir, las diferentes herramientas que tenemos, junto a las diferentes perspectivas desde las que podemos afrontar el problema.
- En caso de seguir estancados, volver al punto uno, dos y tres.
Pensar consume recursos y es agotador. Por ello intentar buscar otras alternativas suele costarnos mucho más que no seguir por el camino convencional. Por eso es difícil diferenciarse, tener opinión propia o ser creativos. Todos estos procesos implican pensar.
Otra forma de resolver problemas utilizando el pensamiento lateral es vomitando ideas para solucionar dicho problema. Por ejemplo:
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Un hombre vive en el décimo piso de un edificio. Cada día toma el ascensor hasta la planta baja para dirigirse al trabajo o ir de compras. Cuando regresa, siempre sube en el ascensor hasta el séptimo piso y luego por la escalera los restantes tres pisos hasta su apartamento en el décimo. ¿Por qué lo hace?
[/box]Vamos a escribir unas ideas sobre lo que podría pasarle al hombre, por locas que puedan parecer. Siempre que sean verosímiles, es decir, el hombre no puede ser Superman:
- No hay botón para subir al octavo, noveno y décimo piso. Puedes llamar al ascensor desde alguno de esos pisos y luego bajar pulsando uno piso inferior, pero no subir.
- El hombre quiere hacer ejercicio, aunque también es cierto que para esto podría bajar las escaleras andando ¿no?
- El hombre es un poco maníaco y sólo quiere bajarse en el piso número siete cuando está subiendo.
- Es una persona muy supersticiosa y cree que bajarse en el número siete cada día le puede dar buena suerte.
- El programa del ascensor nunca ha funcionado a la hora de subir hasta el octavo, noveno y décimo piso. Siempre se queda en el séptimo.
- El hombre no tiene la estatura suficiente como para pulsar más allá del séptimo piso.
- El edificio tiene a un conserje que es el que pulsa a la hora de subir, pero como se lleva mal con este hombre, siempre lo deja en la séptima planta.
Estas son sólo algunas ideas, que me ha llevado cinco minutos “vomitar”. La respuesta correcta es que el nombre es un enano y no llega a pulsar más allá de la planta número siete. Algunas ideas son más o menos absurdas, incluso la de que no tiene suficiente estatura. Pero de esto trata el pensamiento lateral. Lo que debemos intentar es pensar en el mayor número de soluciones posibles al problema, teniendo en cuenta las reglas establecidas para solucionarlo. Volviendo al hombre del ascensor, a priori las reglas establecidas son que el señor no puede romper con la física tal y como la entendemos hoy en día, como por ejemplo que pueda volar o teletransportarse.
James Altucher aconseja escribir cada día diez ideas para fortalecer el músculo de la creatividad y del pensamiento. Dice que si consigues hacerlo, cada día, sin fallar ni uno sólo, al cabo de seis meses notas una enorme mejoría en tus capacidades. Creo que también se refiere de alguna forma a que somos capaces de encontrar soluciones “laterales” más fácilmente a los problemas que nos encontramos.
En cualquier caso, es un ejercicio complicado. Diez son muchas y al cabo de un par de semanas se hace realmente difícil. Pero de eso se trata, de fortalecer la musculatura y acostumbrarnos a pensar.
[box] Recursos:- Libro: Smartcuts.
- Wikipedia: Jurassik Park.
- The Leader’s Guide to Lateral Thinking Skills.
- Solving business problems using a lateral thinking approach.
- Situation puzzle.
- Thinking outside the box.
- Lateral thinking: creativity step by step. [/box]
Acerca del autor
Mi nombre es Silvia Guijarro.
Soy editora jefe en Autorizado Red. Me encanta escribir textos, especialmente si son sobre economía y finanzas.
Curso estudios de Economía y Finanzas por la Universidad de Deusto.