Dimitri Mendeléyev ((Dimitri Mendeléyev, Wikipedia.)) fue un químico ruso. Ruso, nació hace más de un siglo y medio en algún remoto lugar de Siberia, donde la tasa de mortalidad infantil era muy elevada.
Mendeléyev se crió en una parte remota de Siberia. Su padre era un académico de artes, filosofía y política. Sin embargo, tras una enfermedad que le ocasionó ceguera permanente, perdió la vista, su puesto de trabajo y al poco tiempo la vida. Mendeléyev quedó sólo con su madre, que trabajaba en una fábrica de vidrio y proporcionaba el único sustento familiar.
Su madre no desistió en que el joven Mendeléyev continuara sus estudios y siguiera en la universidad. Tras ser rechazado en la universidad de Moscú, acabó entrando en la de San Petersburgo donde se graduó y publicó una tesis.
A la edad de 26 años, a Mendeléyev le preocupaba sobremanera encontrar algún método para poder organizar los 56 elementos químicos conocidos hasta la fecha. Como buen adicto al trabajo que era, buscó incansablemente una forma de estructurar todos los elementos bajo un mismo principio y poder agruparlos según las propiedades que tuvieran. Se trataba, no obstante, de un trabajo duro.
A pesar de dedicar horas y horas de trabajo, Mendeléyev llegó a la solución desde un estado de inconsciencia. Concretamente: un sueño.
En el libro Mendeleyv’s Dream: The Quest for the Elements ((Libro: “Mendeleyv’s Dream: The Quest for the Elements” de Paul Strathern)), su autor Paul Strathern explica cómo Mendeléyev llegó a su solución:
La vista de Mendeléyev se movía a través los diferentes pesos atómicos y elementos químicos que tenía delante. En un momento determinado, el químico ruso notó algo. Ciertas propiedades seguían un patrón y resultaban tener algún tipo de similitud. Había encontrado algo, pero no sabía muy bien el qué. Se trataba más bien de una sensación. Mendeléyev estaba convencido de que se encontraba cerca de un importante avance. Sin embargo, era incapaz de dar un sentido y estructura a lo que eran sólo meras sensaciones. Tras horas y horas de pensar, finalmente Mendeléyev cayó exhausto. Y durmió. Durmió largo y tendido. Tuvo un sueño.
No se trató de un sueño mágico ni nada por el estilo. Simplemente el cerebro de Mendeléyev hizo lo que hacen todos nuestros cerebros cuando soñamos: estructurar y consolidar las ideas que hemos adquirido durante nuestro pensamiento consciente.
La solución estaba en su cabeza. Lo notaba. Pero era incapaz de representarla. Su cerebro, desde un estado inconsciente, lo hizo.
Vi en mi sueño una tabla donde todos los elementos estaban organizados. Tenía un sentido. Su organización era en base a sus propiedades y características. Esta tabla agrupaba los elementos y establecía un orden. Al despertar escribí en un papel la imagen que tenía en la cabeza.Mendeléyev
Mendeléyev creó lo que hoy conocemos como la tabla periódica de los elementos ((La tabla periódica de los elementos, Wikipedia.)).
Contenido del artículo:
La importancia de tomar descansos a la hora de afrontar problemas
Al igual que Einstein, aquí hemos comentando como un a forma de poder afrontar los problemas y resolverlos, pasa por utilizar un pensamiento lateral. Es decir, intentar tener soluciones creativas que no pasan por el camino convencional.
Muchas veces dicen que la solución está en tirarse horas y horas delante del problema. Hasta que la solución de repente aparece como por arte de magia. Sin embargo, si hablamos de un problema que es complejo para nosotros, con esto muchas veces no basta. El propio Einstein tomaba descansos para tocar el violín o el té.
Desconectar en ocasiones es incluso más importante. Dar descanso y dejar un tiempo para que los pensamientos y conocimientos que hemos adquirido se estructuren, ayudan a ver el problema desde un ángulo muy diferente.
En muchas ocasiones nos esforzamos hora tras hora para dar con al solución a un problema. Sea el que sea. Pero esa solución simplemente pasa porque hagamos un break. En el caso de Mendeléyev, no le quedó otra. Cayó exhausto y durmió durante varias horas.
Dormir es una herramienta imprescindible para nuestro cuerpo. Simplemente necesitamos dormir un número de horas determinadas para que el cerebro carbure de forma óptima. Se ha demostrado en varias ocasiones que no dormir suficiente está asociado a diferentes enfermedades cardiovasculares y al estrés. Para más información puede pulsar aquí y aquí. Pero no sólo es esto, también somos más improductivos, nos cuesta más concentrarnos y simplemente estamos más “lentos”.
Al igual que en una actividad física, el descanso es necesario e imprescindible para mejorar. Si intentamos acabar una media maratón corriendo 12km diarios, es probable que acabemos lesionados y sin poder conseguir nuestro objetivo. Sin embargo, si variamos las distancias, los tipos de entrenamiento y sobretodo, descansamos, en un período relativamente corto se puede completar.
Con el crecimiento muscular pasa lo mismo. Si un individuo realiza los mismos ejercicios para fortalecer piernas y tren superior cada día de la semana, su mejora se verá estancada rápidamente. En cambio, variar los ejercicios y dar descanso a los músculos puede suponer una mejoría mucho más grande.
Con los esfuerzos mentales no es diferente. Darle el descanso suficiente a nuestro cerebro es igual de importante que dedicar tiempo a la resolución de un problema.
Pero esos descansos pueden ser de otro tipo. No sólo está el dormir. El deporte es otra forma de despejar la mente. Hacer una hora de ejercicio, para luego volver a enfrentarse a la tarea o a una solución creativa es una excelente manera de refrescar la cabeza.
Conclusión
El estancamiento se produce cuando hacemos lo mismo durante un período de tiempo prolongado. Sea cual sea el problema que tenemos, si nos está resultando muy complicado dar con al solución, darse un break de varias horas, días e incluso semanas puede ser lo que nos esté faltando.
[box] Recursos:- Mendeleyev’s Dream: The Quest for the Elements.
- Happy Birthday, Mendeleev: How the Trailblazing Scientist Invented His Periodic Table in a Dream. [/box]
Acerca del autor
Mi nombre es Silvia Guijarro.
Soy editora jefe en Autorizado Red. Me encanta escribir textos, especialmente si son sobre economía y finanzas.
Curso estudios de Economía y Finanzas por la Universidad de Deusto.