Core Capital

Core Capital
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¿Qué es el core capital?

En el mundo financiero, cuando se habla de core capital se alude al capital mínimo que toda entidad bancaria debe tener disponible, en caso de que se presenten situaciones de crisis y riesgos financieros que puedan complicar la operatividad.

En otras palabras, se entiende como fondos no exigibles, que representan un porcentaje del pasivo en el balance de cualquier banco. Son fondos propios de la sociedad, que pueden ser utilizados en cualquier momento.

También se le conoce bajo el nombre de capital de calidad, y se corresponde con una especie de nivel de solvencia que permite medir la capacidad de pago de una entidad, su disponibilidad financiera a la hora de una crisis financiera.

Dicho ratio de solvencia es medible gracias a la capacidad que posee la entidad de afrontar y superar riesgos, lo que le permite mantener una operatividad normal que se traduce en actividades en el mercado.

¿Cómo se calcula el core capital?

El llamado core capital se calcula sobre la base de una ponderación y valoración objetiva de los créditos concedidos por el banco, así como la calidad de los mismos. Pero existen alrededor de 5 categorías de riesgo crediticio, que oscilan entre un 0 al 100%.

Cuando existe riesgo crediticio, es necesario que sea cubierto por el capital de la sociedad, que por lo general está ubicado entre un 8% a 11%. Esta operación obliga a que se hagan emisiones masivas de capital.

¿Cuál es la relación entre el Basilea III y el core capital?

Cuál es la relación entre el Basilea III y el core capital
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En la Unión Europea existe un marco regulatorio llamado Basilea II, el cual ayuda a que los bancos puedan soportar situaciones de crisis. A fin de que puedan contar con liquidez cuando se presenten imponderables en el sistema económico. Para hacerlo, existe una metodología llamada test de estrés.

Empleados con la finalidad de ubicar la llamada resistencia máxima de tensión que puede tolerar una entidad a nivel del mercado europeo. El core capital se usa entonces en la Unión Europea para hacer un análisis de este tipo que mantenga a salvo los fondos de todos los ahorristas y la buena salud de las entidades bancarias.

En consecuencia, es menester que todas las entidades bancarias refuercen el capital, muy probablemente incrementando sus fondos propios. Existen, resumiendo a los expertos del área, por lo menos tres formas disponibles para que los bancos puedan incrementar su nivel de solvencia. Esto se hace a través de:

Ampliación de capital

Cualquier banco que comience a enfrentar números rojos, debe emitir nuevas acciones y tratar de que estas sean compradas.

Aunque, por supuesto, si las condiciones del mercado no son buenas, esto será un tanto dificultoso, ya que existe poco dinero en circulación, el riesgo es elevado en el mercado y eso dificulta confianza en las negociaciones financieras.

Restringir el reparto de beneficios

Dentro del espectro de posibilidades y a fin de elevar el índice de solvencia, pueden dejar de repartirse dividendos y bonus entre los accionistas de la entidad, una medida que puede ayudar mucho en tiempos de crisis.

Ayuda externa

Es la última medida que debe tomarse, en caso de emergencia, pero se puede apelar a pedir un auxilio financiero externo cuando las medidas anteriores no han sido suficientes.

Pero la primera opción no está en fondos públicos, sino en inversores privados que puedan ayudar a la entidad afectada. En caso de no lograr resultados con vías de financiamiento privado, entonces se apela a la ayuda financiera pública con fondos de rescate.

¿Cuándo se hace uso del core capital?

Como es un sistema de medición de la salud o solvencia financiera de la banca, el core capital es el resultado de una cuenta simple: cada entidad mide sus fondos propios, es decir las reservas y el capital.

Lo cual incluye acciones, bonos convertibles que se encuentren listos para cubrir emergencias, y tras sumarlos todos se dividen entre sus activos de riesgo. Por ejemplo, como activos de riesgo se incluirán tanto la deuda pública de los países como los bienes inmuebles, que suelen depreciarse al paso del tiempo.

En Europa el core capital o colchón de conservación de capital, tiene un mínimo elevado de entre un 8%a 11%.

¿Qué es el riesgo de crédito?

Qué es el riesgo de crédito
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El riesgo de crédito significa que existe una posibilidad de afrontar pérdidas ante la situación de impago generada por la contraparte en un acuerdo económico o financiero. Es decir, siempre existe un riesgo de que no recibamos el pago contraído por el deudor.

Por lo tanto, el riesgo del crédito supone además que se produzca una variación en los resultados financieros de un activo financiero, una cartera de inversión, al producirse una insolvencia tal que lleve a la quiebra.

Se conoce como una forma de medir el riesgo asociado a un deudor frente a su acreedor, cumplir con sus obligaciones de pago, bien sea durante la vigencia del activo financiero, o cuando se vence.

Se trata del riesgo que presenta una compañía, individualizadamente. Tiene como característica principal lo que se conoce como asimetría negativa, lo cual implica que hay más valores hacia la izquierda, en rojo.

Pero también existe el riesgo mercado, mucho más complejo, porque puede derivar en riesgos de disponibilidad de divisas, incertidumbre económica y financiera de un país, volatilidad, malas políticas públicas, endeudamiento público y privado de niveles alarmantes, inflación, etcétera.

Existen varios tipos de riesgo de crédito. Veamos cuáles son:

Riesgo de crédito minorista

Es un riesgo asociado al funcionamiento de las pequeñas y medianas empresas o Pymes y personas naturales o físicas, receptoras de líneas de créditos. Suelen incluirse préstamos al consumo a través de tarjetas de crédito, hipotecas y cualquier otra forma de financiación.

Riesgo de crédito mayorista

Tiene este tipo de crédito al que acceden grandes empresas y corporaciones, una complejidad mucho mayor, realizándose en actividades originadas por la entidad, bien sea a través de ventas, o gracias a actividades de fusiones y adquisiciones.

Se incluyen actividades de financiación, como repo, over the counter y derivados como los swaps, permutas de incumplimiento crediticio, o warrants.

¿Cuáles son las categorías del riesgo de crédito?

Cuáles son las categorías del riesgo de crédito
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Hay tres grados o tipos de riesgo. Se llaman riesgo de default, de rebaja crediticia y de spread de crédito.

Riesgo de default

En este caso, se produce un riesgo cuando el emisor de un bono o el deudor de un crédito no cumplen con sus obligaciones contractuales.

Se trata de un impago total, aunque también puede darse una situación parcial, en cuyo caso una parte de la deuda emitida puede ser recuperada por el prestamista de los fondos, para no impactar en la confianza del mercado. El default es total cuando el deudor nunca paga nada de la deuda contraída.

Riesgo de rebaja crediticia

Se produce una rebaja en la calidad crediticia del activo, o de ese emisor, debido a que una agencia calificadora de riesgo emite los resultados de su auditoría, resultando desfavorable.

Riesgo de spread de crédito

Se trata de un indicador que medirá el nivel o incremento en la rentabilidad del activo usado como referencia, con respecto a la rentabilidad de un activo libre de riesgo, que posee un vencimiento similar.

En Europa suele usarse el bund alemán, mientras que en Estados Unidos se emplea el denominado bono americano. Si se produce un aumento en el spread, significa que por ejemplo si un actio libre de riesgo tienen una rentabilidad estimada en un 6%.

Y el de referencia de un 8% (bono de una empresa determinada) se producirá lo siguiente: el spread pasa un 2% a un 2,5% y, por tanto, el precio del activo de referencia baja en relación al libre de riesgo. No hay que olvidar que en el caso de los bonos la rentabilidad se mueve en dirección contraria.

¿Qué elementos se toman en cuenta para calcular el riesgo de crédito?

A la hora de calcular el riesgo del crédito, se mide la pérdida esperada, o PE, pero de la misma forma ha de calcularse igual para el riesgo de crédito minorista como el de mayorista, con el empleo de una fórmula:

Fórmula:

PE = PD x EAD x LGD

  • PD: probabilidad de default
  • EAD: exposición a default
  • LGD: Pérdida en caso de incumplimiento

Acerca del autor

Redacción e Investigación | + posts

¡Hola! Soy Gemma Guerrero.

Soy graduada en Economía por la Universidad de Granada. Actualmente, al igual que Arnau estoy estudiando el título oficial de CFA (Cheff Financial Advisor).

Para ello, escribir y publicar en Autorizado Red me ayuda a estar al día con los diferentes conceptos económicos y financieros que he de preparar.

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